lunes, 6 de junio de 2011

El amigo gay que no es gay

Tras meses de una sequía inundada de reflexiones sobre muchos porques de la vida, quiero hablar de una figura odiosa muy presente: el amigo que parece que es gay pero no lo es. Este individuo de aspecto inocente, está rodeado siempre de chicas y, en el peor de los casos, tu chica es una de esas. Sus aptitudes son la labia con acento amanerado, la comprensión de la mente femenina,  su rechazo al fútbol y una misteriosa amabilidad. Tras verle así de primeras, de segundas y de terceras estás tranquilo, te dices a ti mismo "es gay, no hay de que preocuparse" pero luego te enteras de rumores, que se lío con una chica, que es el más listu de la clase por andar rodeado siempre de ellas...etc.

Estos seres despreciados por mí y por una gran parte del sector masculino, te corroen por dentro, poco a poco, una bacteria que se expande poquito a poco en tu cabeza, empiezas a "emparanoyarte" por lo que parecía el ser más inofensivo de la rue. Sí sí, estos son los peores, prefiero a uno que vaya directo e intente ligar con sus hostilidades, pero por lo menos tiene su identidad sexual clara y no deje cabos sueltos. Luego te enteras de que el falso homosexual sabe más cosas de tu novia o que hablan chismorreándose cosas mientras tu tienes pokerface y esa bacteria te sigue dando picotazos en tu confusa e inocente cabeza.

Al final, en la mayor parte de las situaciones, no acaba pasando nada. El chico se cabrea, ella se cabrea porque es un celoso y no confía en ella y el gay falso pone pollaface como si no entendiese nada. Pero que mal rato nos hacen pasar a los hombres estos condenados, te sacan los celos de debajo de los huesos.

(Apuntar que todo lo que escribo aquí no me tiene que pasar directamente a mí) (O sí)