lunes, 22 de febrero de 2016

Déjate así, por favor

No sé lo que me pasa, pero no me gusta que la gente cambie. Lo odio. Igual yo soy un aburrido rancio que siempre hace lo mismo y que no prueba cosas nuevas, pero detesto que la gente no sea nada fiel a sí misma. Cuanto más cercana es o ha sido esa persona para mi, más me fastidia. No deja de sorprenderme con que facilidad la gente rehuye de su pasado, de lo que ha sido, de lo que ha pensado, de lo que ha dicho, de lo que defendía, etc. Supongo que está bien avanzar y a medida que vas viviendo vas viendo las cosas de otro color, eso me parece lógico, pero sin dejar de mirar atrás. Todos los cambios a mejor son bienvenidos, pero la mayoría de las personas se vuelven más gilipollas con el paso del tiempo. O eso o es que me fastidia ver que ya no son como yo creía que eran, o que ya no hacen esas cosas que hacían conmigo o incluso que esas mismas cosas ahora le parecen una gilipollez. Esto se nota más con gente que pierdes el contacto. "¿Te has enterado que Fulanito ahora es budista?" O de repente hablas con ellos y ves que se expresan distinto o incluso tienen un acento raro. Esto pasaba más hace unos años (más de los que me gustarían), cuando a los chicos nos cambiaba la voz y hablabas con un chico después de varios  meses y de repente hablaba distinto. Buah, como odiaba eso. A veces da la sensación que se vuelven personas completamente distintas, como desconocidos, y te quedas con cara de tonto pensando en cómo llegaste a congeniar tanto con ese que ahora incluso parece que te cae mal. 



Luego está el hecho de rehuir nuestros gustos de hace años, esto es lo más común. Vale que obviamente no te sigan gustando las mismas cosas que cuando eras adolescente, pero tampoco lo desprecies y reniegues de ello con toda tu alma.Todos en nuestra vida hemos tenido nuestro propio "Tuenti" con cientos de cosas que ahora nos hacen avergonzarnos, pero eso éramos y somos nosotros mismos. No hablo de avergonzarnos de modas o estilos sino más bien de nosotros mismos. Es como el dicho de "no escupas en el plato que te ha dado de comer" pues sería algo así como "no escupas en los pantalones de Pho que te dieron tequilas-kiwi".

Un ejemplo a modo de conclusión: imaginaros que conocéis de muchos años a una persona que le da pánico volar, incluso no pudisteis viajar en avión alguna vez por su culpa. Pasa un par de años y te enteras que esa misma persona no solo ha superado su miedo sino que ahora es piloto de acrobacias en las Red Bull Air Race y ahora va de sobrado y se chulea con eso. Pues yo me alegraría porque esa persona ha conseguido superar un miedo y blablabla sí, pero a la misma vez no me molaría. Es una sensación rara, es como que prefería a mi personita con miedo a volar de siempre. Este es un ejemplo ficticio tonto e igual no sirve muy bien para explicar esto, pero este tipo de cosas me pasan mucho.

Mi deseo en forma de canción estaba claro: (o quizás no tanto)