viernes, 25 de noviembre de 2016

Sobre Melendi y el mal mayor en la música

Te has equivocado, yo no voy a criticar al cantante asturiano. Yo escribo esto para decir que Melendi es el nuevo Dani Martín. ¿Os acordáis cuando estaba de moda odiar a El Canto del Loco? Sí, estaba de moda, esa es la expresión. De vez en cuando la sociedad se pone de acuerdo para que una idea se generalice entre las personas, ya puede ser hacer el mannequing challenge, ponerse un moño mierda en la cabeza o ser guay por odiar a un famoso, como es el caso que explico hoy. Es cierto que todas las modas suelen surgir impulsadas por la publicidad o los medios de comunicación, pero las hay que suelen nacer de las propias personas espontáneamente y se propagan sin saber muy bien por qué, cosa que ocurre ahora con facilidad con internet. Llamémosle forocochismo.

Uno de los motores de postureo de nuestra sociedad más potente es la música (sino miradme a mí) y la cultura que la rodea. La música ha sido siempre tan influyente que ha sido capaz de crear tribus urbanas y de moldear personalidades de adolescentes en todo el mundo, aunque ahora mucho menos. No tiene nada de malo presumir y llevar por bandera un estilo de música, pero esto a su vez genera una estupidez que a mí, además de parecer innecesaria, me da asco. Hablo del "esos no son rockeros, son unos pijos", "moderno de mierda", "eso es mainstream" etc. Esta actitud se da en todos los melómanos (por dar nombre a quiénes se interesan más por la música) les guste el tipo de música que sea, si bien es cierto que se dan dos relaciones directas entre "gusto alternativo-odio a lo comercial" y "gusto de música hard-música popera" (entiéndase 'música hard' como aquella mas dura musicalmente y en sus letras, como hard rock, punk o rap por poner algún ejemplo).

Vale, es normal que si te gusta un estilo de música no te guste el otro extremo, eso lo entiendo pero tampoco es tan necesario hacer tanta apología del odio hacia la música que no te gusta, ¿no? A ver, que exista un poco de pique también mola de vez en cuando, como el de rockers vs mods en los 60-70, eso tiene su punto de romanticismo, pero de lo que yo hablo es que muchas veces se utiliza el odiar a un estilo o a algún grupo en concreto para presumir e ir de guay y sentirte mejor contigo mismo y con el resto de la sociedad.

Durante los últimos años el blanco de la broma fácil es Melendi. Ya sabéis, bromas del tipo 'podría ser peor, podría ser fan de Melendi', se pueden ver multitud de chistes y memes de ese tipo. A ver, a mí me gusta también ese humor de repetición de meterse siempre con los mismos rollo El Mundo Today sin tampoco muchas causas aparentes que lo justifiquen, pero una cosa es eso y otra como la gente lo utiliza para hacerse la interesante. Me acuerdo hace años en un Sonorama (no podía dejar pasar la ocasión para posturear yo también) de estar viendo a un grupo que se llamaba Zenttric y justo antes de una canción el cantante dijo: "ahora vamos con una de Melendi..." y el público reaccionó abucheando. Ya veis, un grupo súper hard y súper alternativo con unos fans súper hard y súper alternativos. Me refiero a ESO. No sé, yo no soy fan de Melendi, ahora no escucho su música y sé que desde que se alisó el pelo y pasó de look podemita a look ciudagramos mola menos, pero tampoco entiendo porqué moláis tanto por hacer chistes sobre él. Y sea dicho de paso, a mí me ponen prácticamente cualquier canción de sus dos primeros discos un sábado de noche en un bar y lo gozo.



Bien por los que presumís de vuestros grupos preferidos, de que compartáis sus canciones en el Facebook, de que llevéis sus camisetas y de que vayáis a sus conciertos. A los que os sentís muy guay por hacer bromas con Melendi y de ese tipo, espero que folléis mucho gracias a eso.

Y de paso para finalizar lanzo una recomendación para que odiéis con vuestra alma a un grupo. De nada.

domingo, 28 de agosto de 2016

El fútbol es para borregos

Ya sé que tú ya sabías esto desde hace mucho tiempo y no te estoy diciendo nada nuevo, pero también es cierto que a ti nunca te gustó el fútbol. Cualquiera que me conozca sabe que me gusta el fútbol desde siempre, tanto jugar (o intentar jugar, mejor dicho) como verlo en el campo o por la tele. Empecé a jugar con el equipo del colegio y después federado hasta acabar juveniles, siempre compaginándolo con la religiosa pachanga semanal con mis amigos. Ahora sigo manteniendo las pachangas cuando estoy en Avilés y en Madrid arrastro mi torpe y rígido cuerpo en una liguilla municipal. Hasta aquí guay, todo el mundo (menos mis compañeros de equipo en varias ocasiones) ven con buenos ojos que yo siga manteniendo esta sana costumbre. Lo feo de esto es que a día de hoy no tengo equipo de fútbol al que animar y seguir. Puedo ver en la tele cualquier partido y entretenerme sí, o seguir viendo los partidos del Real Madrid y seguir alegrándome cuando ganan porque, aunque cada vez me da más asco, sigue siendo mi equipo en conversaciones de bar (de las que cada vez me siento más ajeno). Pero no tengo equipo al que catalogar como 'mi equipo', ese capaz de hacerte discutir con tu novia porque prefieres ir a ver un partido donde no se juega nada que pasar el día con ella homenajeando al amor.

Desde hace unos años atrás y cada vez va a más, el fútbol mediático me repele. Sí, siempre he sido del Real Madrid, pero cada vez menos y menos. Si es que la gente ya acepta la frase 'el fútbol es un negocio' como algo normal, gente enriqueciéndose o ganando prestigio arrodillándose en palcos ante políticos y grandes empresarios mientras el público, cada vez en menor afluencia por precios abusivos para cualquier familia media española, da palmas mientras el equipo va ganando y abuchea si va perdiendo. Por no hablar cuando juegan el Madrid vs Barça y lo que se ve en las redes sociales, gente discutiendo llegando a insultarse y rabietas que yo tenía con doce años, todo por equipos de fútbol que el único vínculo que les une a ellos es la antena/cable/fibra óptica de su televisión. Los Manolos. El Chiringuito. Marca. Borregos.

El año pasado se hizo algo muy bonito en Avilés, ciudad maltratada futbolísticamente, donde un mafioso lleva las riendas del equipo más representativo de la ciudad desde hace demasiado tiempo y donde la mayoría de gente prefiere ir a ciudades vecinas con equipos de fútbol 'con más historia y solera' que animar al de su propia ciudad. Se creó el Avilés Stadium C.F., un equipo que pretendía seguir el ejemplo del denominado 'fútbol popular' que en resumen viene a significar la unión del fútbol con el pueblo. Sin intereses económicos, sin dirigentes buscando beneficios personales, sin precios abusivos, tolerante, inclusivo, y más palabras bonitas que todo el mundo acepta cuando las escucha. Otro tipo de fútbol más culto, un homenaje al fútbol de antaño que se desenvuelva más allá del resultado final de los partidos.

'¿Y qué ha pasado con el Stadium, Enrique?' me preguntáis muchos. Pues qué va a pasar, que el fútbol es para borregos, y todas esas palabras bonitas que queríamos incluir en nuestro equipo de fútbol van desvaneciéndose poco a poco mientras otros muchos ven que son un impedimento para cumplir la función de 'pan y circo' que ellos mismos aceptan que sea el fútbol. Se quiso aglutinar a mucha gente y nuestro mayor pecado fue obviar la ignorancia que rodea el fútbol a todos sus niveles y que a día de hoy gobierna el Avilés Stadium en todos sus estamentos. Y esta es la realidad, mientras unos estamos exiliados de los campos de fútbol buscando algún pasatiempo para las tardes del domingo, otros siguen aplaudiendo porque la pelotita entre en la portería sin importarles nada más.

Ya sé que como en todo siempre hay excepciones, pero en el caso de fútbol la excepción difiere demasiado de la gran masa social y mediática que lo rodea. No sé, alguna vez me han dicho eso de 'pues tú no tienes pinta de que te guste el fútbol'. Es una gilipollez, sí, pero que queréis que os diga, cada vez me sienta mejor que me digan eso.


Por nuestro Banksy

lunes, 22 de febrero de 2016

Déjate así, por favor

No sé lo que me pasa, pero no me gusta que la gente cambie. Lo odio. Igual yo soy un aburrido rancio que siempre hace lo mismo y que no prueba cosas nuevas, pero detesto que la gente no sea nada fiel a sí misma. Cuanto más cercana es o ha sido esa persona para mi, más me fastidia. No deja de sorprenderme con que facilidad la gente rehuye de su pasado, de lo que ha sido, de lo que ha pensado, de lo que ha dicho, de lo que defendía, etc. Supongo que está bien avanzar y a medida que vas viviendo vas viendo las cosas de otro color, eso me parece lógico, pero sin dejar de mirar atrás. Todos los cambios a mejor son bienvenidos, pero la mayoría de las personas se vuelven más gilipollas con el paso del tiempo. O eso o es que me fastidia ver que ya no son como yo creía que eran, o que ya no hacen esas cosas que hacían conmigo o incluso que esas mismas cosas ahora le parecen una gilipollez. Esto se nota más con gente que pierdes el contacto. "¿Te has enterado que Fulanito ahora es budista?" O de repente hablas con ellos y ves que se expresan distinto o incluso tienen un acento raro. Esto pasaba más hace unos años (más de los que me gustarían), cuando a los chicos nos cambiaba la voz y hablabas con un chico después de varios  meses y de repente hablaba distinto. Buah, como odiaba eso. A veces da la sensación que se vuelven personas completamente distintas, como desconocidos, y te quedas con cara de tonto pensando en cómo llegaste a congeniar tanto con ese que ahora incluso parece que te cae mal. 



Luego está el hecho de rehuir nuestros gustos de hace años, esto es lo más común. Vale que obviamente no te sigan gustando las mismas cosas que cuando eras adolescente, pero tampoco lo desprecies y reniegues de ello con toda tu alma.Todos en nuestra vida hemos tenido nuestro propio "Tuenti" con cientos de cosas que ahora nos hacen avergonzarnos, pero eso éramos y somos nosotros mismos. No hablo de avergonzarnos de modas o estilos sino más bien de nosotros mismos. Es como el dicho de "no escupas en el plato que te ha dado de comer" pues sería algo así como "no escupas en los pantalones de Pho que te dieron tequilas-kiwi".

Un ejemplo a modo de conclusión: imaginaros que conocéis de muchos años a una persona que le da pánico volar, incluso no pudisteis viajar en avión alguna vez por su culpa. Pasa un par de años y te enteras que esa misma persona no solo ha superado su miedo sino que ahora es piloto de acrobacias en las Red Bull Air Race y ahora va de sobrado y se chulea con eso. Pues yo me alegraría porque esa persona ha conseguido superar un miedo y blablabla sí, pero a la misma vez no me molaría. Es una sensación rara, es como que prefería a mi personita con miedo a volar de siempre. Este es un ejemplo ficticio tonto e igual no sirve muy bien para explicar esto, pero este tipo de cosas me pasan mucho.

Mi deseo en forma de canción estaba claro: (o quizás no tanto)