jueves, 29 de julio de 2021

El Che Guevara de tu barrio

Parece que estoy siempre dándole la vuelta a lo mismo y sí, me encuentro en otro periodo vacacional que equivale a otro momento de mi vida sin aprovechar como es debido lo que a la lucha obrera le costó tanto conseguir, y eso deriva en que tengo todo el tiempo libre para degustar los mejores vídeos de perritos monos y graciosos en Twitter, a la par que llenar mi barrita de odio. En el capítulo de hoy os vengo a hablar de esa gente que su vida se basa en mostrarle a los demás lo muy de "izquierdas" que es. No sé si la gente de derechas hace lo mismo, yo como soy tan de "izquierdas" apenas sigo a gente así, exceptuando algún ex jugador del Real Madrid jejeje.

Si algo he aprendido estos años en mi sociología de andar por casa, es que a la gente nos encanta sentirnos parte de grupos o de corrientes, y si encima nos encontramos en una minoría o somos un grupo que sufre discriminación, más todavía. Esto último es normal, si nos sentimos atacados o indefensos frente a una gran mayoría, nos tendemos a unir para fortalecernos como grupo y por ende a nosotros mismos. Estos tipo de casos se ve con frecuencia con el feminismo o con personas LGTBI, y sí, el hecho de que estén defendiendo o promulgando una buena causa, no exime automáticamente de ser un cansino, aunque como he dicho, tiene más razón de ser. Pues bien, algo parecido ocurre con la gente de "izquierdas" (fijaros bien que he puesto comillas), pero qué queréis que os diga, no me parece que la gente de "izquierdas" sea un colectivo discriminado ni que sufra opresión en su día a día. OK a los PODERES FÁCTICOS y todo eso, pero dudo que la gente que se autoproclama de "izquierdas" sea perseguida o ninguneada en su día a día (OK a lo de los MASS MEDIA y eso).

A lo que voy es que mucha gente hace día tras día comentarios insulsos de temas políticos o sociales de actualidad para demostrar lo de "izquierdas" que es. No lo hacen para rebatir a gente que piensan distinto a ellos, para hacer reflexiones constructivas ni para aportar nada nuevo, lo hacen simplemente porque mola. Mola ser súper de "izquierdas", eres el más moderno y el más cool, e insistes en hacérselo saber a tus seguidores. Después de dejar claro lo de "izquierdas" que es, esa persona se va a dormir feliz con los likes y RT recibidos a su pedazo de comentario facilón, pero sin cambiar nada, claro, y nos seguiremos comiendo la misma mierda. No sé, además que no me gusta ese postureo, creo que en muchas ocasiones se banalizan temas importantes, incluso los llega a ridiculizar. Es como si tuviese más importancia el 'parecer' que el 'ser', y yo creo que de una ideología se ES en tu día a día, no la utilizas para ser más guay, no veo necesario hacer constantes comentarios que denoten tu ideología, la verdad. Creo que también influye la llamada 'superioridad moral de la izquierda', nos encanta hacer gala de nuestros ideales y de nuestra concepción de la sociedad chachi y llena de colorines. En serio, nunca te voy a criticar por que te afilies a un partido político, luches por causas justas o salgas a manifestarte, suerte que hay gente así. Suerte que hay periodistas que opinan lo que otros no se atreven, políticos que intentan cambiar las cosas o activistas que luchan por un mundo mejor. Suerte que hay gente en Twitter opinando y aportando cosas que no se ven en otros lugares y que no hay que fiarse de los que digan cuatro viejos de El País y suerte que un deportista de élite dice que es homosexual y lo publica.

No estoy diciendo que tengas que ser Greta Thunberg, o que si no eres famoso, político o no tienes un cierto poder sobre los demás, no hables de política ni te tengas que callar, ni mucho menos. De hecho, por ejemplo, siempre me sorprende el pudor que le da a la gente decir a qué partido ha votado (si es de derechas más aún, si votas al Partido Comunista lo dices enseguida). Si me lee Broncano seguro que cambia la pregunta del dinero por la de a qué partido has votado (menudo generador de clickbaits y de tuits daría eso, por cierto). También me ha causado rechazo siempre la gente que no se moja en ciertos temas, los de 'ni de derechas ni de izquierdas', 'ni machismo ni feminismo' o los de 'ni Colacao o Nesquik'. Entiendo que la gente no tiene por qué tener un arsenal de conocimientos políticos, sociológicos o filosóficos para debatir, yo el primero, pero sí que considero que se tiene que tener una postura ideológica más o menos definida.

Otra cosa que pienso es que hay gente que está suscrita a un 'boletín de la izquierda', en el que se publican las nuevas tendencias y las siguen sin replanteárselas un minuto, y corren a poner un tuit para quedar bien, como que, si no cumplieses a rajatabla con el decálogo de la "izquierda", te quitasen puntos del carnet de persona de "izquierdas". Como si fuesen diputados en el congreso y tuviesen que cumplir con la disciplina de voto o algo así. A veces denoto un cierto borreguismo en la "izquierda" que, justamente, me parece muy poco de "izquierdas", pero como yo en realidad no entiendo de política ni de estos temas, me voy a jugar al Age Of Empires para aprovechar mis vacaciones.


Este podría dejar hablar un poco de política en sus canciones también jejeje.


lunes, 3 de mayo de 2021

Molar sin dar asco

 Ya llevamos muchos años con redes sociales y ya sabemos como funcionan estas cosas del postureo, aparentar, etc., pero es que a mí es algo que me sigue quemando día tras día. Cada vez me parece más complicado encontrar a gente 'interesante' sin que parezca un pedante y un asqueroso. Aquí podría entrar a intentar explicar qué es una 'persona interesante' pero yo creo que me entendéis todos: alguien que te llama la atención por lo que hace , que tiene algo que le hace destacar y que te fijes en él o, simplemente, porque es muy listo y te gusta lo que dice. Dicho en nuestros días, alguien que, sin conocer de nada, le das al botón de seguir.  No es que solo busque relacionarme con 'gente interesante', ni mucho menos. Más importante son las personas que te caen bien, que son majas, amables..., 'buenas personas', por resumirlo. Luego están las personas que conoces de toda la vida o de hace mucho tiempo y es mejor no preguntarse por qué sigues siendo su amigo, pero no me quiero desviar. Igual vosotros consideráis interesante a una persona así, que también vale, pero yo las llamo así para que se me entienda. 

Vale, ¿y dónde está el problema? En la delgada línea que separa una persona 'interesante' con una 'idiota'. Esto se manifiesta en dos comportamientos similares. El primero de ellos, el clásico: el poeta trastornado, la rockstar, el cineasta excéntrico, el sabiondo repipi. Esa gente cuya profesión cool le hace crearse un personaje esteriotipado y perfectamente identificado. Que sí, que mola que haya gente así de vez en cuando, pero a veces la gente se mete tanto en ese papel que en mi opinión se deshumanizan, me cuesta creerlas, no me siento identificados con ellas y acaba derivando en que me interesen menos. En realidad lo que hacen así es molar más, parecernos más interesantes, pero a veces pienso cómo serán con el pijama puesto, porque mantener esa pose 24 horas me parece muy complicado, o simplemente es que el personaje ya se come a la persona y es que son así. No me refiero tanto a su imagen, a como visten y eso, porque eso lo acabamos haciendo todos en cierto modo, sino a su forma de ser. A veces parece que sí quieres ser una persona profunda o interesante no puedes ser a la vez majo y sencillo, y no sé, pero no me parece una contradicción. Es como que si eres cercano con los demás y no creas ese personaje para diferenciarte del resto, lo que haces pierde credibilidad. 

El otro comportamiento es el que me da más rabia. Es algo parecido a lo anterior, pero es menos obvio y más cotidiano. Lo de que todos intentamos molar más por las redes (o esforzarse en no molar y así, conseguir molar por no molar), está ya muy hablado, pero partiendo de la base que esto es el pan de cada día de las redes y que luego la gente no es tan así (ni para bien ni para mal), me parece que a veces es excesiva la alineación de las personas con su profesión o, simplemente, con su hobby. Con esto me estoy refiriendo a esas personas que dedican su forma de ser a su profesión. Sé que en ciertas profesiones es bueno darse a conocer por las redes sociales, sé que es importante mostrar seriedad y sé que es importante el puto networking de los cojones, pero ey, relax, take it easy, no pasa nada porque de vez en cuando pongas un jajaja xD lol, compartas un vídeo gracioso de un gato o simplemente dejases de hacerte el pedante y el interesante y fueses más PERSONA. Es como los memes esos de fulanito en FACEBOOK/TWITTER/LINKEDIN/INSTAGRAM y depende de la red sale serio o borracho o lo que sea. REPITO, todo eso lo entiendo en una cierta medida lógica, pero a veces la gente me EMPALAGA de lo que lleva esto al extremo. Si yo en algún momento de mi vida, o en mejor dicho, si yo en algún momento de mi vida paralela estuviese en mis manos contratar a gente, me fijaría en sus redes para cerciorarme de que no sea un nazi, lo primero de todo, y vale que valoro que sea una persona interesada y enterada en lo que sea, pero que sea también MAJA y NORMAL. Esto lo meto en el saco de 'si yo fuese...' junto a lo de 'si yo fuese un futbolista famoso y gay, saldría del armario' y demás ensoñaciones

Vale que yo tampoco soy una persona con muchas aspiraciones o motivaciones en mi vida, pero parece que hay gente que vive solo para proyectarse profesionalmente. NO, ES QUE PARA MÍ EL PERIODISMO ES MI PASIÓN, ¿SABES? Que sí, que lo entiendo y muy bien, pero no creo que eso esté reñido con que no monopolices tu vida en tu profesión o en tu hobby y te dediques a hacer saber a la gente lo mucho que sabes de, te gusta que, o todo lo que haces de. Por ejemplo, yo a veces puedo ser un poco así con la música, pero a veces me pasa que me corto y no hago cosas que me vendrían bien por no caer en lo que no me gusta, en lo que estoy criticando ahora. Como he dicho antes, entiendo que en cierta medida es bueno darse a conocer, aparentar, hacer contactos, etc., pero me jode porque al final todo acaba pareciendo una puta jungla en la que todos competimos contra todos y solo gana el que más hace todo esto, y la mayoría de veces suele coincidir en que es la persona más gilipollas de todas (aunque pensaréis que lo que realmente me pasa es que les tenga envidia).




sábado, 31 de octubre de 2020

No me dejan disfrutar

 Aquí vuelvo para echar espuma por la boca una vez más. Quiero pensar que entre los largos periodos que estoy sin publicar nada son tiempos de felicidad y bienestar con mi paz interior absoluta y por eso no escribo nada, aunque creo que simplemente es porque he vuelto a teletrabajar.

Hoy vengo a cagarme en los muertos de esa gente que en ámbito público no me deja disfrutar. Gente que no conozco de nada y que no interactúa directamente conmigo, pero que me amargan y me impiden pasarlo bien. Por poner un ejemplo claro, me estoy refiriendo a la típica persona que, estando tú en una biblioteca intentando estudiar, no para de hablar o lo que es peor, hace gran variedad de ruidos con su aparato respiratorio. Esto es normal, intentas concentrarte y no puedes porque una persona te desconcentra. Bien, yo voy a poner algunos ejemplos de estos seres que hacen mi vida más oscura:

1. El que se sienta en clase en primera fila y no deja de asentir a lo que dice el profesor y hacer comentarios para hacerse el listo. Este es el más común, todos lo hemos sufrido y si no lo has sufrido, es que ese hijo de la gran puta eras tú. Diosssss que ser más odioso. Y si además de asentir con la cabeza dice chascarrillos como 'ajá' 'claro' 'vale', se multiplica el asco que da. Deben pensar que están en una clase particular o que la clase es un diálogo entre él y el profesor. Además de eso, suelen hacer comentarios para dejar claro lo mucho que saben del tema, el 90% comentarios de mierda que no aportan nada a la clase. Esto jode mucho más cuando tienes una clase que te interesa, además de tener que soportar esa actitud y esos comentarios, te está impidiendo tener una clase decente que te interesa y TE ESTÁ PRIVANDO DE ADQUIRIR CONOCIMIENTOS. Me gustaría saber qué es lo que piensan los profesores sobre esta gentuza, ¿les gusta ese tipo de alumno, en serio? Todos los profesores suelen insistir en que se participe en clase, preguntemos dudas, etc., pero creo que lo que hace ese tipo de personas no es eso, es ser un egoísta y un maleducado.

2. El energúmeno en el fútbol. Con este espécimen suele pasar que, cuanto más baja sea la categoría, más asco da. Puedo pasar que justo delante de mi fila, durante un derbi Atlético - Real Madrid, se gritase a Xabi Alonso ETARRA DE MIERDA, que ya no me mola pero yo que sé, ganan tanto dinero que da un poco igual y total el jugador no lo va a escuchar. Pero esto pasa en cualquier campo de cualquier categoría, alcanzando el máximo exponente de asco humano cuando el padre de algún jugador de categorías inferiores (aunque tengan 8 años también lo hacen), insulta o grita en contra de un jugador rival, o sea el padre de un niño insultando a otro niño. Cuando yo jugaba, creo que nadie desde la grada me gritó, ni bueno ni malo, pero veía hacer eso a padres de jugadores de mi propio equipo y es que lo pasaba fatal. Jugando al fútbol es más comprensible, te saca del partido esa mierda, pero más recientemente tuve que dejar de ir a ver un equipo de regional en Madrid porque el hermano de un jugador SIEMPRE la tomaba o con el árbitro o con un jugador rival. Qué asco de persona, hacer eso a chavales que están ahí sin cobrar o cobrando una miseria y tú como un PALETO que eres insultando, supongo que con el fin que se desconcentren y pierdan o, simplemente, tocar los huevos o no sé. Pues nada, yo ahí que ni siquiera estaba jugando, tuve que dejar de ir de la MALA VIBRA que me producía.

3. El que se quita la mascarilla en un concierto durante el COVID. A ver aquí encajaría hablar de la gente que no se calla en un puto concierto etc., pero creo que de esos ya rajé en su momento y eso es algo muy obvio. Lo que me ha pasado durante estos meses que he ido a conciertos durante esta situación de mierda, todos sabemos los de #CulturaSegura y los problemas de los conciertos y eso y, como es lógico, aunque repitan repitan y vuelvan a repetir que tienes que llevar la mascarilla puesta siempre durante el concierto salvo para beber, ahí está algún subnormal que se cree mejor que el resto o que se cree inmune o que no contagia o que es negacionista, terraplanista o subnormalista. Pues nada, incluso las personas que están contratadas expresamente para que la gente siga las normas vaya y les llame la atención (que también manda huevos que sea necesario contratar a gente para eso, pero en fin, dejen salir antes de entrar etc y viva España), a ellos les da igual, les llaman la atención y en cuanto se giran y se van, se vuelven a bajar la mascarilla. Me gustaría saber que les hace pensar que son mejores que el resto del 99% de los asistentes o que, simplemente, no les de un poco de pudor ser la única persona que no lleve la mascarilla puesta.  

Y diréis vale, estás diciendo cosas normales que le molestan a todo el mundo, estás describiendo actitudes que todo el mundo a priori rechazaría. Lo que pasa es que pienso que yo tengo demasiada fijación en esos casos, presto demasiada atención a cosas que en realidad quiero que no estén sucediendo. En el caso del que se quita la mascarilla en un concierto, por ejemplo, me pasa incluso cuando la persona no está en mi campo de visión directo con el escenario y tengo que girar la cabeza para verlo. En vez de abstraerme y centrar mi atención en el profesor, en el partido de fútbol o en el concierto, lo acabo haciendo en lo que en realidad desearía que no existiese. No sé si lo que pretendo es aniquilar a ese ser con los ojos o simplemente juzgarlo con la mirada, recriminarle que lo está haciendo mal, pero el hecho es que me acaba fastidiando y me impide disfrutar bien lo que estoy haciendo. 

En fin, creo que en realidad le doy demasiada importancia a la gente en general, entonces cuando se cruza algún ser maligno como los que acabo de describir, esa fijación se vuelve en mi contra. Siempre pensé que cuanto más mayor fuese, más tolerante y más CHILL me volvería con las personas, pero creo que me pasa al contrario y cada vez tolero menos ciertos comportamientos, no porque sean diferentes a los míos, si no porque pienso que, además de perjudicarme a mí, perjudican a los demás. ¿Empatía? Sí, pero la justa.


Y os voy a ser sincero 
y os digo la culpa es mía
por haberles hecho caso
cuando hablaban tonterías.


domingo, 10 de mayo de 2020

Mi ración de odio diaria

Uno de mis ¿múltiples? defectos es que me cuesta decir cosas buenas a la gente. No es que no las sepa ver ni las reconozca, simplemente me cuesta expresarlas, no me salen. No es que me cueste hablar que puede que un poco sí, pero siempre he sido de los que piensan que al final no hace falta decirle a alguien 'me caes bien' o 'te quiero' para que la otra persona lo sepa, hay gestos, miradas, comportamientos que lo expresan mejor. Obviamente a veces puede no ser suficiente, sobre todo en relaciones amorosas y esas cosillas, ya me entendéis. Además que joder, a todos nos mola que te digan cosas bonitas

En ese sentido siempre he tenido dos pensamientos partiendo de la base de mi incapacidad para expresar sentimientos buenos hacia otros: el primero, que la gente habla demasiado y utiliza expresiones benévolas de forma muy barata, muchos piropos gratuitos. Ya no solo digo el ejemplo básico de 'obrero que desde un andamio propicia piropos hacia una chica', también en un sentido general, hay gente que dice 'buah me encanta esto' o 'me flipa lo otro', como con una convicción que parecen ser no sé, lo fans número uno de lo que sea y lo dicen de tantas cosas que te quedas pensando de dónde cojones puede sacar tanto tiempo para que le gusten tantas cosas. Odio la gente que hace comentarios positivos por doquier sobre cualquier tema y especialmente comentarios positivos sobre otras personas, porque al final no me las creo, me parecen falsas, es imposible, joder. Y en segundo lugar, creo que de un cierto modo tengo metido en la cabeza que las cosas buenas de una persona, es como debería ser una persona y por lo tanto, la normalidad. La gente tiene que ser maja y educada, por lo tanto no hace falta que le diga lo amable que es ni lo bien que me cae, es lo normal, así que no exalto esa normalidad. ¡Qué majo eres, que normal eres! Eso no quita que cuando te cruzas con alguien inesperado que es muy amable contigo te acabe alegrando el día, claro, o que no valore lo buenas que son las personas conmigo que me rodean en mi día a día. Esto acaba derivando en que yo muchas veces parezca un gruñón o un cascarrabias que solo habla de las cosas malas de la gente. Pero qué pasa, que algo malo de una persona ya entra en cómo NO debería de ser, así que lo destaco porque está incumpliendo esa normalidad que yo tengo proyectada en la forma de ser de una persona. Esto puede sonar un tanto moralista pero bueno, creo que al final todos tenemos una idea preconcebida de una persona buena y una persona mala.

(A este no lo sigo, me desespera lo que pone, pero entro de vez en cuando)


Pues bien, partiendo de lo anterior ya puedo explicar de lo que quiero hablar. De algún modo acabo prestando demasiado atención a las cosas que no me gustan. Obviamente en nuestra vida intentamos rodearnos de estímulos positivos, cosas que nos gustan, PEQUEÑOS PLACERES, porque si no sería una mierda vivir. Poco a poco construimos nuestra vida rodeándola de esos estímulos positivos, por eso tratamos de mezclarnos con personas que nos caen bien, tienen una forma de ver la vida similar, etc. y del mismo modo seguimos a personas que nos gustan en redes sociales. Por eso creo que muchas veces luego nos sorprende ver que haya tanta gente que piense tan distinto a nosotros, porque nos creamos nuestro propio círculo y a veces cuesta ver más allá de él (en parte también porque estamos muy estereotipados).

Aunque como he dicho antes nos solemos relacionar en círculos de gente parecida a nosotros, en estos días es muy fácil ver lo que hay ON THE OTHER SIDE, gracias en parte a nuestras amadas y odiadas redes sociales. Si en mi día a día trato de evitar personas y cosas que odio, en redes sociales a veces hago lo contrario. Tampoco voy a decir que sigo a gente que me cae mal adrede, pero por ejemplo hay gente a la que, por circunstancias de la vida, sigo en Instagram y me da rabia lo que pone o directamente me da asco, por lo que sea, pero a su vez me gusta cuando veo el circulito coloreado y entro vorazmente a ver su puta mierda de historia para no sé, alimentar mi odio o conseguir echar la ración diaria de espuma por la boca. Menudo asco, pienso, pero de la misma forma espero que al día siguiente vuelva a poner la misma mierda y no me defraude. Y no, no dejo de seguir a esa persona por seguir viendo la mierda que pone sino porque además de eso puede ser buena personita y esas cosillas, al final es un odio superficial, de escaparate, de red social.  

En Twitter por ejemplo lo hago mucho más, ya que se vierten más opiniones personales, obviamente. Por ejemplo ahora que hay una oleada de hordas de ¿personas? de derechas pidiendo la dimisión de Pedro Sánchez aka EL SEPULTURERO y demás, me meto ahí a ver lo que opina gente que, a su nombre de usurario lo suele acompañar una banderita rojigualda, y veo las mierdas que ponen auténticos hijos de puta como este o el otro. ¿Y qué me aportan a mí esos mongolos? Nada, absolutamente nada. Pero lo sigo haciendo, no sé si lo hago para reafirmar mi forma de ser o mis pensamientos, con un afán de superioridad moral o no sé. Creo que siempre es bueno ver lo que opina todo el mundo y gente muy distinta a nosotros, pero me temo que no lo hago por eso. En algún caso he dejado de seguir a alguien porque odiaba lo que ponía, pero luego he entrado varias veces para leer lo que dice. Es como si no me pudiese creer que alguien pueda poner semejantes cosas o ser así y necesite reafirmar mi incredulidad. En serio, se que por suerte hay gente muy distinta a mí y todo eso, pero hay ciertas cosas que me parecen incomprensibles y me dan mucha rabia.

Hace poco leí una entrevista de Nacho Vegas en la que el entrevistador le preguntaba si la crisis del virus le había vuelto mas misántropo o humanista, y él hablaba de un caso de abuso policial durante el confinamiento que había visto por las redes y decía lo siguiente al respecto: "Me da igual el contexto, nada ahí era bonito. Y sin embargo se me quedó más grabado en la memoria que las decenas de vídeos de solidaridad entre vecinos que veo estos días. El miedo es más poderoso que la belleza (...). No sé, puede ser que tenga razón y el miedo o el odio sean más poderosos y por eso muchas veces acabamos dejándonos llevar por sentimientos negativos. Yo lo veo también como una forma de protesta. Por ejemplo, yo escribo aquí cuando hay un pensamiento o algo que últimamente me ronda asiduamente la cabeza y lo tengo que soltar, pero si te pones a leer mis publicaciones la mayoría de los temas están relacionado con cosas negativas de las personas, comportamientos que no me gusta o que simplemente son diferentes a los míos. Lo mismo me pasa en Twitter, solo acabo poniendo cosas cuando hay algo que me enerva y acabando despotricando de lo que sea o de quien sea, y por eso creo que de un cierto modo lo hago en modo de portesta: 'Eh tú, no seas así, que es malo' (o a mí me lo parece).

Y sí, aunque a veces parezca un hater, soy el primero que corre para valorar positivamente el servicio del vendedor o del camarero o de quién sea. Siempre he pensando que valoro demasiado y me dejo llevar de un modo demasiado simplista por el binomio bueno/malo, como si yo fuese un emisario de DIOS o del KARMA y fuese apuntando en mi libreta las personas que hacen cosas buenas y malas. Esos hechos positivos no me empujan a manifestarlos públicamente porque, supongo, es lo normal, y solo lo lo resalto cuando es tan guay que supera lo normal, por decirlo de algún modo.

En definitiva, bienvenidos sean todos esos comentarios positivos, la gente que alaba a los demás y la exaltación ajena de la belleza. Espero que James Rhodes siga tuiteando esas putas mierdas diariamente, en serio, se que generan buen rollo, pero a mí mi ración de odio no me la quita nadie. 

domingo, 5 de abril de 2020

De tú Antoñito, de tú

No me gusta la autoridad. No es que sea yo un rebelde o un ANARKO, me refiero a la autoridad como es entendida hoy en día. Sí que creo que tienen que existir relaciones de poder en nuestra sociedad porque son útiles, de padre/madre-hijo, profesor-alumno o jefe-empleado, por poner algunos ejemplos. Me parece beneficioso que haya personas que ejerzan en determinadas situaciones el rol de mandar, guiar, dirigir, etc., como lo queráis llamar, es algo que creo que las personas tienden a hacer inconscientemente cuando forman un grupo. Lo que no me gusta es cuando la autoridad ejerce diferencias en el trato entre las personas. ¿Por qué tengo que tratar yo mejor a alguien que ejerce una autoridad sobre mí y ese otro está legitimado para tratarme a mí peor? 

Supongo que todo está relacionado con el miedo. Me explico,  si yo cojo y llamo subnormal a un policía (por poner un ejemplo tonto eh jejeje), tiene potestad para sancionarme o detenerme o lo que sea, pero si él me lo llama a mí qué pasa, nada. Pues así con todo, es asqueroso. Es asqueroso que se utilice esa legitimación para tener comportamientos fríos, prepotentes, chulescos, y, en general, intimidatorios. Entiendo que a veces hay que meter un ladrido y ponerse serios y firmes, porque sí, porque por desgracia muchas veces solo hacemos caso cuando el otro se pone así, pero eso es totalmente comprensible. Si yo la cago en el trabajo es normal que mi jefa me reprenda, yo agacho la cabeza como un perrín y es normal y todo ok, pero lo que odio es esa especie de potestad que otorga la autoridad a las personas para tratarte como si ellos fuesen más que tú. 'No, es que a esas personas hay que tratarlas con respeto', no, perdona, con respeto hay que tratar a todo dios, si yo soy irrespetuoso con alguien que se supone que ejerce una autoridad sobre mí, allá yo y ya me llevaré una hostia, me despedirá, me echará de clase o me castigará sin jugar a la Play. De ahí nace el término ser un 'pelota', esa persona asquerosa que se empeña en caer bien y satisfacer a esa otra persona para beneficiarse de tratos de favor, ¿no?

Lo que quiero decir es que creo se puede tener autoridad sobre alguien y a la vez ser agradable y majo con las otras personas. Es más, en muchos casos debería de estar mejor visto que la persona que está 'por encima de ti' sea más majo, no sé. A mí si un policía me multa por mear en la calle y es majo conmigo pues qué bien, pago la multa a gustísimo. Si me pillan no sé, robando, pues tampoco digo que sea conmigo jovial ni nada, que haga lo tenga que hacer pero sin volverse tontito. Sí, no es casualidad que hable de esto en pleno CONFINAMIENTO por todos esos vídeos donde se ven a  policías abusando de su autoridad one more time, pero si hay algo peor que eso, es la gente que alienta y aplaude esos comportamientos, y la que emplea la filosofía del 'se lo tiene merecido' JUAJAUAJUA QUE SE JODA QUIEN LE MANDA NO ESTAR EN CASA. Qué asco todo eso, joder. 

Que ese tipo de comportamientos asquerosos se den entre los cuerpos de seguridad aka AGENTES DE LA LEY lo puedo llegar a entender (que lo entienda no quiere decir que me parezca bien), lo que no entiendo es por qué el 90% de los porteros de 'discoteca' sean subnormales. Entras en un local de noche con ánimo de pasártelo bien, de fiesta, yendo a un concierto o lo que sea, y en la entrada hay un fulano con cara de mierda que parece que te está perdonando la vida. Y si encima le diriges la palabra ya te fulmina con la mirada. ¿Por qué un señor que su trabajo es controlar el acceso a un local y evitar que haya follón dentro es así siempre? ¿Cuándo se tiene esos cuerpos musculados es verdad que se atrofia el cerebro? Entiendo que dentro del OCIO NOCTURNO haya mucho borracho y demás que sean unos pesados y gilipollas, pero por eso mismo los porteros tendrían que ser personas con mucha paciencia y no ser unos nazis miembros del Frente Atlético. ¿Son policías de vocación que no han sacado las oposiciones y viven frustrados? ¿El traje que llevan les hace sentirse JAMES BOND? En serio, no entiendo porque son así, si deberían de ser todo lo contrario. "Hola chicos, buenas noches, pasadlo bien" y una puta sonrisa, ¿tan difícil es? Vale que estén mazaos y que si te peleas dentro o lo que sea te cojan y te echen pa' fuera (siempre y cuando después te tiren el sombrero, claro) pero nada más, si quieren algo más que llamen a la policía (lo que justamente no son ellos). En serio creo que debería ser una profesión que para acceder a ella hubiese que pasar muchos test psicológicos y cosas así, aunque supongo que para ser PICOLETO también los hay que aprobar varios y luego se ve lo que se ve, pero bueno. 

Lo que más me vuelve loco y sirve para dar título a esto, es el uso del usted relacionado con la autoridad. Sé que soy de una generación en la que ya prácticamente no se utiliza coloquialmente. En mi vida diaria yo solo lo veía, por ejemplo, cuando mi padre trataba con mi abuelo y ya me parecía muy forzado. Es algo que me parece súper frío y lejano, burocrático. A veces en mi trabajo cuando tengo que hablar por teléfono o escribir un mail, me asalta la duda y acabo mezclando usted con tú y es un desastre, no me sale. Para mí solo queda bien cuando se emplea en señalética, rollo 'usted está aquí' o no sé, en documentos formales. Lo que no entiendo es que, si su uso en España está relacionado con mostrar respeto (como pasa cuando se trata con viejos), es utilizado a la vez por los que poseen esa autoridad. Lo que más me nervioso me ponía cuando me examiné en repetidas ocasiones del carnet de conducir, además de mi inhabilidad para calcular distancias, es que el puto examinador me tratase de usted. Que soy un chaval joder que estoy muy nervioso que me estoy examinando por quinta vez que me siento subnormal, ten compasión de mí, se majo conmigo, no hagas más tensa esta puta situación. Pero nada, cara de mierda y tome la segunda salida, como si me estuviese hablando un puto GPS, un robot. Igual hace la policía o algún profesor. 

Supongo que ese usted deriva de su uso como imperativo (son los que mandan y dan órdenes, claro): 'tú haz' o 'él/ella/usted haga. Algo que se puede decir en segunda persona normal, se traslada al nivel de tercera persona, más lejanía, más frialdad. Y supongo que este uso en realidad viene de intentar decir las cosas más respetuosamente y que a mí no me parezca tan mal que mes estén hablando en imperativo, y aunque esté siendo contradictorio, tiene sentido. Si alguien te dice 'dame un euro', parece que así te está obligando más que si te dice 'deme un euro', no sé, pero te está tratando de usted a la vez te suele estar sonriendo o tiene un gesto amable, no como lo suele hacer la autoridad.

En fin, creo que se puede ejercer dicha autoridad y amable a la vez, y que son cosas que no están reñidas. Además pienso que muchas veces es más eficiente una 'autoridad maja' que no cabrona. No sé, ahí entra el principio que opera en mis relaciones sociales y creo que en las de todo el mundo: si a mí alguien me trata bien, yo a ese otro también lo voy a tratar bien. Pero con la autoridad muchas veces se acaba rigiendo el segundo principio de mis relaciones sociales: si alguien me intimida, me acojono y hago caso. Lo que pasa que ahí ya entra la posibilidad de que un día tenga súper poderes o, simplemente, me vuelva loco y sea poseedor de un arma de fuego y justifique mi violencia desmedida con el hecho de haber visto la película del JOKER, que me ha inducido a realizar tal acto de justicia moral :) :D :) :D


jueves, 13 de febrero de 2020

Starter packs a full

Cuando era más pequeño y no dudaba si seguía siendo joven, tenía puestas las esperanzas en dos cosas cruciales en mi vida: la primera, que cuando fuese más mayor le gustase a las chicas más jóvenes solo por el hecho de ser más mayor y segundo, que sería más tolerante con las personas. Pues ni la una ni la otra. Es normal que las chicas no se interesen por chicos con la cara cada vez más agrietada y con incipientes síntomas de alopecia. En cuanto a lo otro, no sé. Supongo que cada vez eres menos ingenuo y la gente te sorprende cada vez menos. Eso y que piensas que se te da bien calar a las personas, entonces tú que ya empiezas con prejuicios pretendes luego ser más tolerante y ser como el tonto ese del cartel de 'abrazos gratis', y ahí está el problema. 

Me cuesta ser más tolerante con las personas porque pienso que sé como son, que por llevar náuticos y una pulsera de España es de derechas y por tanto probablemente tendrá comportamientos egoístas, racistas, machistas y yo que sé más istas. Pero joder, si eso es lo que define a la gente de derechas, poco tolerantes que juzgan a las personas por su apariencia y rechazan a los que no son como ellos. Entonces intento no ser así y doy like a las chicas en Tinder que tienen fotos con caballos y en veleros, yo confío en eso, en esa izquierda de verdad que da oportunidad a todo el mundo sea como sea y que no se siente el Che Guevara de su barrio por gritar Almeida Carapolla en público. Pero a mí esas chicas no me dan like. ¿Por qué? Pues porque estamos todos súper estereotipados y nos movemos con gente que pensamos que son como nosotros. Y no me gusta aunque yo lo acabe haciendo la mayoría de veces. Tampoco me quiero centrar solamente en los estereotipos de género o de clase social, esos son muy obvios y son muy latentes en la sociedad, si no a algo más 'subcultural' o costumbrista.

Lo mejor de todo era el colegio, te juntabas con niños al azar con un único condicionante, la cercanía donde vivíais. Cuanto más grande es la población más fuerte es este condicionante porque tienes más posibilidad de compartir más características socio-familiares, como puede ser pertenecer a un barrio obrero por ejemplo. Por lo contrario, si es un pueblo pequeño en el que hay solo dos colegios, prácticamente no hay esa correlación. Exceptuando claro la puta mierda de los colegios privados, donde gente con dinero que creen en una educación superior para sus hijos, los meten en el mismo sitio que otros padres con dinero, pero al que la mayoría de población no podría hacer frente o tendrían que renunciar a otras cosas fundamentales. Bien marcaditos y condicionados desde pequeños. Pues eso, en el colegio hay gente de todo tipo y es el primer sitio donde haces amigos sin importar sus aficiones, quizás porque vuestros padres se lleven bien, porque tenéis apellidos parecidos y os tocaba sentaros juntos o cualquier otra tontería. Y de mayores siguen ahí, algunos al menos, y ni si quiera piensas que tiene una ideología opuesta a la tuya, que prácticamente no compartís gustos y que si te paras a pensar por qué es tu amigo, no sabrías decir la razón. En el instituto parecido, pero en los últimos años ya nos vamos formando como personas y como estereotipos derivados de nuestros gustos y aficiones, o simplemente por lo que nos gusta hacer. No tiene porque ser nada del otro mundo, los que fuman porros se juntan con los que fuman porros, por ejemplo. 

Todo esto ya cambia en la universidad (o similares) donde ya coincides con gente que decide estudiar algo más específico y se estrecha el círculo. Ya tienes mejor definida tu personalidad y qué os voy a contar yo, pensad en una facultad de Bellas Artes, pensad en una facultad de Derecho y pensad en una facultad de Comunicación Audiovisual. Y parece una tontería pero luego vas ahí y está repleto de esas personas en las que todos pensamos. Ya sé que hay excepciones y todo eso, pero que predecibles somos, ¿no? 

Luego estaría el trabajo, dependiendo a qué rama pertenezca el círculo se cerrará aún más o se abrirá. En mi caso el círculo se ha abierto al no trabajar en nada chupiguay (como soy yo, claro) y es gente que solo veo en el trabajo porque fuera de ahí hacemos cosas muy diferentes. Y vuelvo a casa en metro y veo a esos chicos jóvenes trajeados con mochilas de Deloitte y me da pena pensar que nunca podrán ser mis amigos y me entran ganas de preguntar por donde va a salir el fin de semana. Aunque me lo imagino y pienso en esa discoteca en la que lo más seguro no me dejarían pasar por cómo voy vestido yo y qué puto asco y ya está, a la mierda ese sentimiento de ser más tolerante, de ser más abierto, de importarme menos esas tonterías.

Supongo que este tipo de estratificación social ocurre más en ciudades grandes, ya que se da el número suficiente de personas 'dispares' para que ocurra. En el mundo hay muchas personas que piensan distinto a nosotros y ya los tenemos que soportar todos los días en nuestro día a día como para que luego también querer gastar nuestro tiempo con ellos, supongo que no es nada malo. Pero me entristece un poco esas barreras que nos auto imponemos, como si nuestras relaciones estuviesen ya predefinidas (relaciones en general, no SENTIMENTALES solamente). Creo que no tiene nada de malo relacionarnos con personas parecidas a nosotros siempre que sea de forma natural, aunque luego escucho a la gente decir frases como “es poco moderno para mí” y cosas así y me da mucho asco  esa especie de elitismo (aunque repito que de una forma más directa o indirectamente todos acabamos haciendo algo así). Da pena que con solo ver como nos vestimos, con saber que música escuchamos o a que partido votamos, ya tengamos una imagen bastante certera de ese tipo de persona. Y me diréis que soy un exagerado y que no hago más que prejuzgar, pero es que luego es así. Si no, no nos harían tanta gracia los memes de STARTERPACK o los vídeos de PANTOMIMA FULL, porque vemos reflejados a un amigo, a un conocido, al vecino o a nosotros mismos en ellos. Mirad los amigos que habéis hecho siendo más adultos, mirad a vuestra pareja o al que os guste. O mirad a las personas que no os gustan.

Tampoco tiene que ser únicamente en lo referido a 'tribus urbanas' o como lo queráis llamar (pijos, modernos, heavys, traperos...). Por ejemplo, los gays y lesbianas están súper estereotipados, como si  todos tuviesen unos rasgos inherentes en cuanto a la forma de ser y los gustos de cada uno, cuando en realidad que te mole alguien de tu mismo sexo no tiene nada que ver con nada de eso obviamente. Luego tienes rasgos comunes a los que suelen tener ellos y a ti te llaman maricón o bollera (incluso a veces utilizado como algo despectivo, en pleno 2020). No sé, a veces voy en la línea 6 de Metro y miro a mi alrededor en el vagón y veo que soy el único que no parece de origen sudamericano, y me da rabia coincidir con esa gente solo en el metro a partir de ciertas zonas, y pensar por qué no los veo más haciendo las cosas que hago yo. No digo que extranjeros u originarios de otro país tengan que hacer lo mismo que nosotros y que no mantengan sus costumbres y cultura, ojo, solo que ser de otro lugar también entra dentro de la estratificación social (muchas veces por simple xenofobia del resto de población). Creo que en estos ejemplos la 'función' del estereotipo puede tener más sentido al pertenecer a colectivos que muchas veces sufren algún tipo de discriminación, y consecuencia de eso tiendan a tener un comportamiento más uniforme y a relacionarse más entre ellos de una forma más cohesionada, para sentirse menos débiles frente al resto de sociedad y hacer más fuerte al 'grupo' que pertenece (supongo que esto al final lo acabamos haciendo todos en mayor o menor medida). Estoy seguro que tras este intento de intelectualidad haya dicho burradas muy grandes que un sociólogo, psicólogo o un TODÓLOGO me desmonte en cero coma, pero bueno. Y sí, puede que este párrafo se vuelva contra mí cuando consiga ser concejal de MÁS AVILÉS.

Ahora está el QUID de la cuestión, ¿esos estereotipos tienen que ver con la personalidad real de las personas? Es decir, ¿yo me voy a llevar mejor con alguien porque vista como yo o escuche el mismo tipo de música? Obviamente compartir gustos y aficiones tienden a unir personas, no solo como ‘excusa’ para hacer cosas juntos, si no porque también tiene un trasfondo algo más profundo que todo eso, pero, ¿hasta qué punto? Creo que relacionarte solo con gente parecida a ti no es sano y lo mejor es relacionarte con gente de todo tipo, creo que con cuanta más gente y más diversa mejor, y creo que las personas somos más iguales de lo que pensamos, o eso quiero pensar, pero hay veces que por un poquito de prejuicio de uno y un poquito del otro, hace que ni si quiera nos queramos mirar.

 A la vez que escribo pienso en lo difícil que es encontrar el equilibrio con todo esto y es cuando choco con mi YO actual que no ha conseguido ser más tolerante y abierto con las personas. En serio, me gusta que haya gente de todo tipo y que las personas hagan cosas muy diversas y tengan pensamientos muy dispares, que exista gente diferente a ti está muy guay, pero me da una mezcla entre rabia y tristeza toda esa especie de 'elitismo endogámico' en la que parece solo válida la gente que es como tú o piensa como tú (con eso tampoco me quiero referir a algo tan loko y obvio como VOX). Con la ideología lo mismo, pero sería contradictorio decir que me gusta que exista gente que obvia o repele a las personas que no son como ellos, por ejemplo. Todo eso me parece OK, lo que no me gusta es lo predecibles que nos volvemos, como repetimos patrones de comportamiento sin personalidad propia y cómo nos relacionamos endogámicamente. Creo que estas cosas tienden a disiparse con la edad y cuanto más mayores somos, menos diferencias nos ponemos entre nosotros, aunque por suerte siempre existirá gente diferente a los demás, y con menos suerte también existirán clases sociales (o no), pero cómo dice el refranero español:

De todo tiene la viña,
Sacra y Real majestad,
De todo tiene la viña:
Uvas, pámpanos y agraz.
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Las chicas modernas enseñas las piernas, las chicas de barrio levantan las manos.

lunes, 30 de diciembre de 2019

La victoria del loser

Supongo que todos queremos ganar, nos educan para ello, para triunfar. Vale que son palabras que se pueden interpretar de distintas formas, pero en nuestra cultura capitalistaoccidentalglobal, al final todos buscamos lo mismo: ser el capitán del equipo de lo que sea y ligarte a la capitana de las animadoras (o viceversa). Luego te das cuenta que en tu colegio no hay ni taquillas ni animadoras y que sigues sin darle bien al balón con 28 años, pero la intención está ahí. Ya sabéis, sacar buenas notas, meter muchos goles, follar a esgaya, tener un buen trabajo y ganar a lot of money para poner fotos en Tinder viajando por el sureste asiático. Sé lo que pensáis, qué superficial, sí, las Big Four, el reservado, pero son solo ejemplos (y además no tiene nada de malo ninguno de ellos, eh). Si queréis os digo que 'triunfar es ser feliz', también me vale y es más chachi. Luego te vas haciendo mayor y te vas dando cuenta que tu ni tienes un don, ni te has esforzado lo suficiente o simplemente echas la culpa al destino, que es muy caprichoso. Y se crea la figura del LOSER. Ya sabéis, el fracasado, el marginado, el rarito, el feo, el OUTSIDER. Esa persona que le pasan cosas malas, siempre  rodeada de aires de cierto victimismo y derrotismo. 

En teoría es una figura con connotaciones negativas, ya que perder es algo malo, ¿no? Sí, es algo malo, pero a veces mola. El ser humano es así de fascinante y de una mierda hace una catedral con tal de sentirse mejor consigo mismo, supongo. Quizás donde más tirón tiene esta figura es en el mundo del arte y la cultura. Ese poeta maldito rechazado por la crítica que lleva una vida bohemia, ese músico que se queja porque ni lo ponen en Radio 3. Y cuanto más malditos y rechazados por los medios, más nos gustan. Porque como son unos losers molan, y por lo tanto nosotros, que somos tan losers, molamos. Es verdad que este personaje es más recurrente en una corriente indie o como lo queráis llamar, pero hasta los putos Beatles cantaban 'I'm a loser' al compás de los gritos enfervorecidos de sus fanes. Y sí, si queréis esto también se puede aplicar a otras disciplinas. Hasta en el deporte, que quizás sea el mundillo donde menos cabida tiene un loser, ya que el deporte es competir y ganar. Queremos que nuestro equipo gane siempre, pero, ¿mola decir que eres del Real Madrid? No, pero sin embargo ser del Atleti mola mucho más, el pupas, los sufridores y el '¿Papá, por qué somos del Atleti?'

Parece estar muy identificado ese ser icónico en nuestra cultura, y como con pasa con casi todo, lo trasladamos a nuestras vidas inducidos, supongo, por esa corriente de canciones que hablan de la chica que te deja por un chico más guapo y fuerte que tú y de esas pelis de niños tiernos que les hacen bullyng en el colegio. Y tú, que nunca has ligado demasiado y que en el instituto eras un poco rarito, que más quieres. Has descubierto que a esa gente que le pasan cosas malas, molan y por tanto piensas que tú también puedes molar. A veces incluso parece que cuanto más cosas de loser te pasan, más molas. Y sí, yo reconozco que a veces también tengo ese sentimiento, no sé si es resignación, por ser un infeliz, porque me gusta reírme de las cosas malas que me pasan o es simplemente por ese aura de romanticismo que rodea a un loser. Eso sí, tampoco llego al nivel de la puta gente que se jacta de ello, vale que siempre está bien tomarse las cosas con humor y sacar EL LADO BUENO DE LAS COSAS, pero el postureo del atormentadito da mucho asco, como este @#$%& que ya he tenido que dejar de seguir en Twitter:



En realidad a nadie le gusta ni que le deje su pareja ni partirse la cara contra el suelo. Y estoy seguro que esta gente que tan mal le van las cosas y se jacta de ello es porque no le han sucedido cosas realmente malas (que no es mi caso tampoco). Al fin y al cabo ir de loser no deja de ser una táctica para ser todo lo contrario a un loser. Supongo que al final las personas queremos sentir un reconocimiento, si no es por destacar en algo bueno, que sea por lo malo. Ya que no salvamos a un bebé de un atropello mortal y no nos ponen una estatua, que nos atropellen a nosotros y que nos vengan a ver al hospital.


Submarine